Los viejos esquemas están cayendo, las viejas creencias. Hay quien aún cree que esto no es posible, que los tiempos son ciegos y que la oscuridad se pierde en su espesura y se hace densa y eterna.
La oscuridad esta como debe estar, hace el papel que le corresponde hacer, no deslumbra, parece que ciega, pero en realidad le da una nueva dimensión a la visión. En la oscuridad hay que avivar los sentidos, fortalecer la visión, ver más allá de lo aparente.
En la oscuridad se dilata la pupila, se abre. Abrir para reconocer, abrir para observar mejor, abrir para darnos cuenta que lo que creíamos un “monstruo”, no es más que una rama moviéndose a la distancia. Abrir, expandir la visión es la clave.
Abrir el Corazón es la visión nueva, el despertar. Estamos en el tiempo, que conscientes o no, queremos experimentar el Amor, el Amor Absoluto, el de la Fuente Primera, el del éxtasis, el del desapego. Ese que conocimos y fuimos distorsionando en el tiempo, lo fuimos haciendo todo menos Amor.
El amor duele, se nos dijo, y lo creímos, e hicimos todo para que doliera, para que supiera a sufrimiento; y en el nombre de la palabra con significado contrario, creamos la destrucción. En el nombre del falso amor nos hemos lastimado por mucho tiempo, y ese tiempo está llegando a su fin.
La noche parece más densa porque los corazones se están abriendo. Nuestro corazón está floreciendo bajo una nueva energía aun por descubrir y reconocer por muchos. El camino apenas empieza, y hemos de estar listos para despojarnos de viejas creencias, viejos acuerdos y promesas.
Creer diferente, crear diferente, ser el nuevo Ser Humano sin vendas. Los ancianos del conocimiento lo decretaron ciclos atrás y hoy sentimos que ésa es nuestra clave para transformarnos en seres diferentes. Ya lo hicimos todo a la vieja usanza, caminamos en círculos con los ojos vendados, ya tropezamos una y otra vez con la misma piedra. Y bajo el viejo criterio, la piedra sería el enemigo, bajo la nueva es la maestra, la que muestra el círculo vicioso de nuestro andar bajo la ceguera del miedo.
En nuestro tiempo la visión borrosa se va aclarando, el corazón se abre y observamos bajo otra perspectiva. La Conciencia colectiva se manifiesta, dejamos de llamar amor a lo que no lo es y vamos grabando en la memoria de la existencia una nueva ruta hacia la verdad.
Somos maestros y alumnos de nuestro Ser Colectivo Universal, y la energía suprema del corazón esté resurgiendo.
El Sol saldrá y la jornada será Nueva.
[Jameri en la noche que se ilumina]
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