¿Por qué dudas? Por qué prefieres seguir viendo el holocausto, qué placer aberrante y perverso te hace creer en la perdición del hombre por encima de su grandeza. Lo sé, es hermoso a veces admirar la destrucción, me pasa muy seguido, trato de no admitirlo para no hacerte daño, sí, aunque no lo creas yo también estoy cambiando, estoy tratando de olvidar mi asqueroso origen y no es fácil, como no lo es para ti recordar que el tuyo es extraordinario.
Es curioso ¿no te parece?, ambos vivimos del engaño, creyendo que somos lo que es el otro y ninguno de los dos ha logrado nada con eso. Es verdad, no hemos logrado nada aunque creas que yo sí. Tú no lo sabes, pero estoy más perdido que nunca y el temor que yo te hacía sentir, está viniendo en dirección mía. Se me está acabando la “gloria” y tengo miedo de morir, ¡es verdad no te rías!, mi muerte no es como la que crees que te tomará a ti, no, lo tuyo es un simple engaño que te he hecho creer desde que estoy contigo. Yo sé lo que será la muerte para mí, y hacía ella voy sin remedio.
Escuchas otras voces que son la tuya propia quejarse de lo que está sucediendo en “nuestro mundo”. ¡Ay de ti y de los que son contigo! No saben realmente… no saben realmente.
Estas desconfiando de mí en este instante, sí tienes derecho a hacerlo, yo mismo estoy dudando de mí ahora, me estoy expresando de una manera poco respetable para mis “principios” y es posible que el terror que me invade me haga arrastrarme ante ti como un niño huérfano.
¿Lo sentiste?, el solo pensarlo me hizo rabiar y te lo grité al oído, te vomité al oído mi desgracia, y qué hiciste tú sino poner tu pequeño dedo sobre mi lengua y empujarla al vacío.
Vivo en agonía, en larga agonía desde mi existencia y a veces saco fuerza de flaqueza y me siento Dios mismo y creo de una forma maravillosa, de una forma exquisita, de tal forma que tú mismo alabas lo que yo hago, y vez belleza en el horror. Sin embargo, estoy cansado, muy cansado, y te digo esto y sientes compasión por mí… ¿cómo puedes sentir compasión por mí? ¿Ahora comprendes que tu origen es mucho mejor que el mío?
No sientas compasión por mí, y seca tus lágrimas ahora. Porque aunque pronto habremos de despedirnos, yo no dejaré de maltratarte, no puedo hacerlo, aunque a veces sea domesticado por tu amor. ¿Crees que no sé que me amas?, como no podrías hacerlo si soy un maestro del engaño y he abusado de tu amor para hacerte miserable. Te he hecho amar lo que no puede ser amado, y te he hecho odiar y temer aquello a lo único que puedes amar.
Pronto ha de cambiar todo esto, pero antes será necesario que te de la última estocada… lo voy a disfrutar te lo advierto _sonríes, me caes bien porque sonríes_, ¿lo estas comprendiendo todo ahora verdad?, yo sé que crees que sí, pero aún falta un buen recorrido para que lo entiendas del todo, y todo será distinto.
Te hablo porque oíste otras voces quejarse tanto en éste tiempo de lo que hago porque lo tengo que hacer, y no saben qué hacer y no saben a quién recurrir. Y eso me hace tener un punto por encima de quién lo ganará todo, pero eso es solo por ahora, aunque en este momento es bastante para mí.
Les hace falta confianza _¡demonios yo mismo me estoy traicionando!_ y amor.
Yo no sé lo que eso es realmente… ¿o sí? ¿Es como dices tú acaso, será como aspiras que sea al final?
¡Ah! me estoy cansando de todo esto, estoy aprendiendo a desanimarme como ustedes, y realmente estamos perdiendo el tiempo ahora mismo. Échale un ojo al mundo y verás lo que te digo, pero no me eches a mí la culpa, yo solo cumplo con ser lo que soy. Los que son contigo no creen cuando se les dice la verdad, dudan de ella y confían en el engaño, sin embargo lo que ya es no puede ser cambiado, aunque se le disfrace de mentira.
¿Te parece suficiente por hoy? Espero que sí, porque estoy harto de esa compasión que me revienta las entrañas, no estoy listo para eso. Somos iguales ¿ves? Te estás deleitando de mi repulsión.
Comentarios
Publicar un comentario