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Mostrando entradas de 2010

NUEVA VISION

Los viejos esquemas están cayendo, las viejas creencias. Hay quien aún cree que esto no es posible, que los tiempos son ciegos y que la oscuridad se pierde en su espesura y se hace densa y eterna. La oscuridad esta como debe estar, hace el papel que le corresponde hacer, no deslumbra, parece que ciega, pero en realidad le da una nueva dimensión a la visión. En la oscuridad hay que avivar los sentidos, fortalecer la visión, ver más allá de lo aparente. En la oscuridad se dilata la pupila, se abre. Abrir para reconocer, abrir para observar mejor, abrir para darnos cuenta que lo que creíamos un “monstruo”, no es más que una rama moviéndose a la distancia. Abrir, expandir la visión es la clave. Abrir el Corazón es la visión nueva, el despertar. Estamos en el tiempo, que conscientes o no, queremos experimentar el Amor, el Amor Absoluto, el de la Fuente Primera, el del éxtasis, el del desapego. Ese que conocimos y fuimos distorsionando en el tiempo, lo fuimos haciendo todo menos

Soltar la armadura

“Sólo es una armadura, no se te está agarrando. Tú te estás agarrando a ella, así que cuando llegas a tomar consciencia, puedes soltarla, simplemente. La armadura está muerta. Si no la llevas encima, desaparecerá. Tú no sólo la llevas encima si no que la nutres y la alimentas continuamente. Pero la civilización está así: en un estado muy neurótico. Cada niño es fluido; no tiene consigo partes congeladas; todo el cuerpo es una unidad orgánica. La cabeza no es importante y los pies no son secundarios. En realidad, no existe división, no hay demarcaciones. Pero, poco a poco, las demarcaciones se empiezan a presentar. Entonces la cabeza se convierte en el maestro, en el jefe, y todo el cuerpo se divide en partes. Unas cuantas partes son aceptadas por la sociedad y unas cuantas partes no lo son. Unas cuantas partes son peligrosas para la sociedad y tienen que ser casi destruídas. Esto es lo que genera todo el problema. Así que tienes que observar en dónde sientes las limitaciones en el cuer

Conversando con el Ego II

Te advertí que no habría de ser fácil. No creíste cuando te dije que si me otorgabas solo una oportunidad la aprovecharía como si me ofrendaras cientos de ellas. Lo que siempre ha sido de una forma no reconoce otra diferente, y “yo” estoy ciego a cualquier alternativa, por mucha esperanza que tengas que sea de otra manera. Fui creado para esto, no hay culpa en mí por motivo de lo que llevo a cabo, soy totalmente fiel a mi tarea de obstruir tu camino con falsas ilusiones. ¿Qué culpa puede haber en mí que fui creado por ti? ¡Vamos! No hagas esa mirada como si no supieras de lo que te estoy hablando, claro que lo sabes, y lo sabes muy bien, aunque de momento no lo recuerdes. Cuando decidiste ser quien crees que eres ahora, necesitabas un compañero de viaje, entonces “yo” te conocí. Te recuerdo perfectamente, con la cara llena de falso júbilo por tu primera creación, ahí fue donde comenzaste con la idea demente de que eras un “verdadero creador” junto con aquellos que hoy

Conversando con el Ego I

¿Por qué dudas? Por qué prefieres seguir viendo el holocausto, qué placer aberrante y perverso te hace creer en la perdición del hombre por encima de su grandeza. Lo sé, es hermoso a veces admirar la destrucción, me pasa muy seguido, trato de no admitirlo para no hacerte daño, sí, aunque no lo creas yo también estoy cambiando, estoy tratando de olvidar mi asqueroso origen y no es fácil, como no lo es para ti recordar que el tuyo es extraordinario. Es curioso ¿no te parece?, ambos vivimos del engaño, creyendo que somos lo que es el otro y ninguno de los dos ha logrado nada con eso. Es verdad, no hemos logrado nada aunque creas que yo sí. Tú no lo sabes, pero estoy más perdido que nunca y el temor que yo te hacía sentir, está viniendo en dirección mía. Se me está acabando la “gloria” y tengo miedo de morir, ¡es verdad no te rías!, mi muerte no es como la que crees que te tomará a ti, no, lo tuyo es un simple engaño que te he hecho creer desde que estoy contigo. Yo sé lo que ser